Los músculos faciales después de contraerse, se relajan y vuelven a su estado original sin marcar ninguna arruga. Con el paso del tiempo, sin embargo, se forman surcos que se van haciendo cada vez más profundos y persistentes con las continuas contracciones de la musculatura.
La toxina botulínica es un fármaco que produce el debilitamiento de los músculos donde es inyectado. Este efecto es temporal.